Aquí les compartimos un fragmento de esta interesante charla, en dónde estacamos esta pregunta que nos hizo reflexionar:
-¿En Chile se odia la inmigración o se odia la pobreza?
- En Chile siempre ha existido una gran aporofobia (rechazo a las personas pobres económicamente hablando) y esto se ve aumentada con las olas migratorias. De ahí que se mira de una forma a los migrantes del norte global y de otra totalmente distinta a la población migrante de nuestra propia región, que tienen necesidades y vienen en búsqueda de oportunidades.
“Es curioso que nos hayamos creído el cuento de ser realmente un país desarrollado. No lo somos, sobre todo por la desigualdad que existe en este país, que es justamente la que da paso a esta aporofobia, al clasísmo, y que condiciona cómo se ve a las comunidades migrantes”
Además, este es un país que incluso a nivel de urbanismo está hecho para que no nos mezclemos y más bien estemos totalmente segmentados; las comunidades están totalmente divididas, los ricos no tiene por qué ver la pobreza en su día a día si es que no lo quieren ver y los indígenas están relegados a una parte específica. Todo está hecho para que no tengamos que interactuar los unos con los otros. Una división sectorial que hace que después cuando veamos en la tele que llegaron personas diferentes, nos asustemos.
Lo que muchas veces no vemos es que todo migrante es un potencial emprendedor, porque al migrar se ve obligado a poner en práctica ciertas habilidades para reinventarse, tales como la resiliencia y la perseverancia. Son personas que buscan de manera activa tener un mejor porvenir, y esa es la retórica que hay que reforzar”
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